jueves, 30 de septiembre de 2010

Con la que está cayendo

Con la que está cayendo, ¿cómo no voy a ir la huelga? No me pongas excusas. Di lo que quieras de los sindicatos amarillos, que tendrás razón. Son unos oportunistas, se tenía que haber hecho hace tiempo, hay desinformación, contradicción… ¿Y qué? Yo no me manifiesto por ellos. Yo SÍ voy por ti, por mí y por Evelyn. Por Renato y el contrato que nunca firmará. Por Lisette y las demás esclavas de calle Montera. Por el accidente laboral impune de Mohamed. Para que dejen de decir que lo hacen por nosotros. Para demostrar que no somos parte de su juego, que no pueden seguir utilizándonos sin que nos movamos. Pero, sobretodo, me manifiesto porque OTRO MUNDO ES POSIBLE. Otra reforma laboral es posible. Otra política social es posible. Otra globalización es posible. Hago huelga porque demasiada gente ha muerto para que yo tenga derecho a hacer huelga. No mires a otro lado. Córtales el hilo con el que tejen sus redes y manejan sus marionetas. Dales fuerte y no corras. Sin nosotros, no existen. Imagínate que un día no vamos nadie a trabajar. ¿Qué pasaría si una mañana, sin previo aviso, sin convocatoria oficiosa, nadie acudiera a su puesto? ¿No ves a los gordos dueños del mundo, con su traje gris y su alma asistólica, cargando cajas y mirando la calle desierta buscando una respuesta? Somos el motor que mueve el mundo. Unámonos, compañera. Abramos las grandes alamedas por donde pase el hombre libre. Es hora de construir nuestra historia. El futuro está en nuestras manos y es nuestra obligación cambiarlo. Se le debemos a los que lucharon antes que nosotros. A las primeras sufragistas, a los anarquistas asesinados y a los exiliados. Se lo debemos a aquel poeta que cantó a la libertad pura, sin fisuras ni dobleces. Derribemos los muros de silencio y gritemos. ¡Otro mundo es posible! Compañera, hermana, ocupemos las calles y construyamos el mundo con el que siempre hemos soñado.