jueves, 10 de junio de 2010

Como cada amanecer



Otra despedida de escalofríos,
otra copa de whisky solo en la habitación
cargada de fracaso y humillación,
otra noche de caricias solitarias.


Hasta mañana,
sentencia mientras llega el primer metro,
castigo merecido por mi falta de valor,
del deber sobreentendido de mi miembro.


Otro paseo de la vergüenza,
caminando de vuelta
a una cama vacía,
a un cuarto menguante,
a una sombra huyendo de mí.


La miro calle abajo mientra huye,
digna y desconcertada,
cansada y determinada
a no volver a verme.

1 comentario:

Adriana Bañares dijo...

yo te envío un besazo y mi determinación a verte :)