miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi cuaderno de pediatría

155x215mm. 90g/m2. 80 hojas. Marca Oxford. Color verde pistacho. Así es mi cuaderno. Lo compré a principios de noviembre, aproximadamente un mes antes del examen de pediatría. Es el primero de varios tomos llenos de esquemas, cuadros, sinopsis, algoritmos diagnósticos y terapéuticos… Sus páginas, un día blancas, están repintadas con varias capas de distintos colores con un efecto esclarecedor y efectista. Sus hojas rebosan un saber limpio y ordenado. Con una mirada rápida encuentras lo que buscas porque lo que buscas está siempre ahí. Es efectivo, eficiente y eficaz. Sin embargo, no son más que letanías que rezo una y otra vez hasta la locura. Listas descontextualizadas, palabras huecas que no son sino reflejo de una docencia alienante de la que soy parte activa. Es el símbolo perfecto de lo que no me quería ser y en lo que me he convertido.
Pero mi cuaderno de pediatría nunca me falla y eso es lo que importa.

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